Hay un placer especial en las palabras que describen, que se mastican y encuentran tonalidades para dar la intención acertada, sin embargo, ¿qué sucedería si de un momento a otro dejaremos de ser capaces de escucharlas o producirlas?
Monterrey, Nuevo León. En celebración especial la noche del viernes 7 de marzo en el Aula Magna del Colegio Civil Centro Cultural Universitario por el 17° aniversario del Festival de Cine Latinoamericano en esta ciudad, se logró llegar a verdaderamente conmover hasta la médula con la proyección de la cinta mexicana titulada: Todo el silencio con una temática que no solo te hace conectar y empatizar, sino que te sitúa en una perspectiva diferente y explora cuestionamientos importantes como¿qué sucedería realmente si a mí o a alguien amado tuviera que vivir en esta realidad? o ¿en donde me encuentro realmente parado ante una crisis como la que aquí se aborda?
Todo el silencio cuenta con un mensaje contundente donde la ciudad de México es la gran protagonista en ese caos lleno de aciertos y desaciertos que te va guiando hacia distintas historias presentando el tema de las pérdidas y duelos haciendo de ellas la figura central en un formato que se desvía de un contenido motivacional para transformarlo en una pieza magistralmente conmovedora que de una forma abrupta te hace dejar de dar por sentado la bendición de contar con todos los sentidos para obtener una nueva apreciación a través de una historia tratada con respeto proponiendo lograr la verdadera inclusión de forma natural como es presentada en el drama que vive Miriam (interpretada por Adriana Llabrés), una joven que enseña lengua de signos y además es actriz de teatro, lo cual intensifica el drama de su propio proceso ante la pérdida del oído.


Todo el silencio es una historia ganadora de algunos Premios Ariel, que nace desde el mismo teatro cómo ha compartido su director, Diego del Río en otras ocasiones y cuenta con las magníficas interpretaciones de Adriana Llabrés, Arcelia Ramírez, Ludwika Paleta, Diana Bracho y Moisés Melchor, actor con quien pudimos dialogar brevemente acompañado de su intérprete después del término de la función, lo cual volvió aún más interesante el encuentro entre un público diverso donde se encontraron a la vez personas que viven esta realidad, convirtiendo el mensaje de Moisés en un bálsamo para el corazón de todos los presentes donde nos quedó más que claro que el mundo no está hecho para sordos y que los detalles sutiles que construyeron la banda sonora nos hizo lograr la verdadera empatía.



Al término del emotivo y lleno de aprendizaje conversatorio dentro del Aula Magna, se invitó a una reunión especial con la presencia de Alejandro Rosso en el patio central, mientras imágenes de la película se proyectaban en su propia versión y experimento llamado: “Bucle” y agradecimos el verdadero placer de disfrutar de todos nuestros sentidos a lado de personas que no corren con la misma fortuna pero sintiéndonos parte de esta linda historia que nos llena de una profunda reflexión.



Conoce los filmes que son parte de este importante Festival.