—“THE SONS OF SAM: A DESCENT INTO DARKNESS”/ 2021/ Estados Unidos (Netflix)
(Summer of Sam): Spike Lee
Reparto (Summer of Sam): John Leguizamo/ Adrien Brody/Mira Sorvino/Jennifer Esposito/ Spike Lee/ Brian Tarantina/ Michael Badalucco.
Análisis por: Antonio Carlin Lynch
Los asesinos en serie siempre han sido fascinantes, esa es una realidad. Desde que en los setentas se acuñó el término: “asesino serial” o “asesino en serie”, han desfilado ene número de fascinantes casos, todos investigados, documentados y llevados a la pantalla grande, o la pantalla chica: la televisión; porque el morbo siempre venderá. Pero ojo aquí, “ellos” (y ellas) siempre han existido, ahí está como ejemplo Jack el Destripador. Solo que no los conocíamos con esa rimbombante etiqueta: Asesino Serial.
Hace unas semanas comencé a ver MINDHUNTER en Netflix, dos temporadas. La primera, una joya, Ed Kemper pasó por ahí y la personificación que hicieron de él, te deja pasmado. Sin aliento. A mitad de la temporada dos hace su aparición David Berkowitz, (igual, el parecido al Berkowitz real es casi perfecto, un espejo), el hombre que hizo temblar a toda la ciudad de Nueva York, allá por 1976-77 bajo el nombre del Asesino del Calibre .44, él detestaba ese apodo, no le gustaba porque le sonaba que tenía una connotación sexual, con su pene, claro está… y él no era un asesino sexual. Por eso dijo a toda una ciudad que se refirieran a él como El Hijo de Sam. El Hijo de Sam mató a seis personas e hirió a otras ocho, todas ellas desde el 29 de julio de 1976 hasta el 31 de julio de 1977. Casi un año completo de puro terror. Pero que era fascinante. Morbosamente Fascinante. Y eso llevó a Spike Lee, neoyorkino por adopción (nacido en Atlanta) a querer retratar ese reino de terror de Berkowitz, casi al final del siglo pasado. Porque Lee es uno de esos directores neoyorkinos, por adopción en su caso, que gusta de retratar la vida y los problemas sociales que suceden en su ciudad. No es como Woody Allen, que retrata Nueva York desde sus puntos de vista y nos muestra historias de amor y dramas, dónde por lo regular es el mismo Woody el protagonista, aunque él diga que la protagonista es Nueva York; Woody intentó una vez hacer una película de asesinos en serie y lo que resultó fue casi casi una comedia romántica que si no fuera porque actuaba Madonna y Jodie Foster…nadie la hubiera visto, jajajaja….
El cine de Spike Lee es crudo, rozando la sexplotation, lleno de problemas raciales y marginales, y en 1999 filma su versión del Verano de Sam (aunque aquí la conocimos bajo los nombres de “La noche del asesino” y “Nadie está a salvo de Sam”), bajo la primicia de ¿cómo reaccionan los habitantes italoamericanos del barrio de Bronx, ante los asesinatos que comienzan a registrarse en ese verano de 1976? Uno de los veranos más calientes registrados en esa parte de Estados Unidos, es obvio, con paranoia… sospechando de todos los que no sean parte de ellos, o cómo ellos… y es ahí dónde aparece Ritchie (Adrien Brody) que es “uno de ellos”, pero ha surgido un cambio en él: de pronto aparece con los pelos en punta y una camisa y actitud punk a los The Who; y ya no es “uno de ellos”. Ahora es el principal sospechoso… porque es diferente, es “raro”, no sigue las normas ni se comporta como se debe de comportar un italoamericano nacido y criado en esa parte del Bronx.
“¡Qué les den por el culo!” dice Ritchie. Y así es cómo debe de ser.
Y así va la trama de la película, entremezclada con violentas ejecuciones por parte de David (interpretado por Michael Badalucco, gran interpretación, lástima que no llega a parecerse ni tantito al Berkowitz real, tan solo en su físico, pero el rostro deja tanto que desear), y pequeñas historias que giran sobre todo en la relación marital entre los personajes de Leguizamo y Sorvino. Las infidelidades de él, el mostrar por parte del director ese lado machista, garañón, mujeriego del macho italoamericano que hemos visto tantas veces desde el cine de los años 50s, y 60s… y la chica guapa italoamericana que aguanta, aguanta, pero no puede aguantar por siempre y una tarde (de más de 48 grados en el verano más caliente registrado…) deja de soportar tantos engaños, y abandona a su maschio.
Dos acontecimientos importantes (reales) más son mostrados en el filme, vaya, que esa es la labor de un ojo clínico y fotográfico que reside en la Gran Manzana: el famoso apagón de 1977, dónde toda la ciudad entró en pánico y violencia al quedar a oscuras (hay un filme que también se hizo por la época) y el campeonato en la Serie Mundial de los Yanquees de Nueva York…con su gran estrella: Reggie Jackson, que, curiosamente, portaba el número 44. Sí, como el calibre usado por el asesino…
En la parte final del filme presenciamos lo inevitable, la historia misma te va diciendo que sucederá a continuación: la turba enloquecida y paranoide intenta linchar al freak del barrio; todos están completamente seguros el Punk es el asesino…vaya, escenas de estas las hemos visto desde los tiempos de Frankenstein a Los Simpson… solo faltaron las antorchas encendidas en mano y la neblina de fondo, en una noche fría con música de lobos como un score compuesto por John Williams.
Pero no, nada de eso, estamos en el Bronx en 1977, y hace un calor de los mil demonios, y el personaje de Adrien Brody es golpeado con tal agresividad que, cuenta la leyenda, y el mismo Brody, que alguno de los actores no se midió bien… y alcanzan a darle un patadón en la nariz. Resultado: nariz fracturada. Pero la escena salió impresionante. Qué es lo que cuenta.
Después de terminada la peli, corrí a Netflix, porque tenía pendiente de ver un docu serie (4 capítulos de una hora) sobre LOS hijos de Sam… una teoría que hace tiempo ha dejado de ser teoría, para pasar a ser una realidad… y así, el NYPD una vez más, cómo algunas veces en el pasado, queda exhibido por no haber hecho una investigación a fondo; vaya, ¿qué haces cuándo está toda una ciudad bajo presión por encontrar a un loco que está sembrando el terror por las noches disparando y asesinando mujeres? (en su mayoría). Pues atrapas lo más rápido posible al principal sospechoso, y sí confiesa… ¡CAPUT! Caso Cerrado. Eso mismo lo vemos aquí en México… y eso fue lo que se hizo, y Berkowitz calladito en ese momento, tal vez para tener todos los reflectores, la fama, que su nombre quedará grabado en la historia de los más despiadados: Berkowitz sigue en prisión, ya pasa de los 70 años, tiene una condena de algo así como 6 cadenas perpetuas, ha encontrado a Dios (que raro), y sigue gustando que le conozcan como El Hijo de Sam… pero tarde confesó toda la verdad: no, no era el único Hijo de Sam, es más, no era ni siquiera el Legítimo, era toda una comunidad de Hermanos, un grupo de asesinos inmiscuidos en una red que iba desde venta de videos snuff hasta Sacrificios Satánicos… el propio Charlie Manson y gente importante de Hollywood estaban inmiscuidos ahí, y todo ello lo descubrió un solo hombre, un periodista llamado Maury Terry, y David Berkowitz le escribió una carta dónde le dice: “No te van a llegar a creer del todo Maury…”. Y tristemente, eso es lo qué sucedió.
Los invito a ver esa serie, a veces Netflix si tiene cosas que valen realmente la pena.