El artista compartió múltiples emociones con sus fans conectándose a versos y ecos de felicidad.
Monterrey, Nuevo León. El cantautor jalisciense reunió a más de 7000 almas en la Arena Monterrey la noche del jueves 3 de octubre en una mágica y singular noche donde al punto de las 9:30 p.m.Siddhartha entre luces de neón amorfas con un pantone predominante de tonalidades violetas, malvas, azules y magentas se movían bailando al ritmo de cada melodía para llevarnos a un viaje de experiencias con música y luz jugando con las partículas del aire mientras se escuchaba la emocionante voz de la multitud que enardecida cantaba cada tema convirtiéndola en un himno.
Después de dos años de no reunirse con su público en un concierto en solo en esta ciudad, el compositor emocionado agradeció el cariño del publico para poder escuchar Miel de Azahar, su mas reciente material que habla de la dulzura de las cosas no planeadas.
Con una destreza musical característica del cantautor, se dispuso a disfrutar de una gran velada con sus fans compartiendo emociones y sacudiendo el entorno con ráfagas de amor genuino hacia su público sintiéndose una verdadera fiesta entre amigos mientras expresaba lo mucho que le hacia falta ver a su gente en Monterrey.
Siddhartha recordó como llegó hace años a esta ciudad en un venue muy pequeño pero lleno de emoción después de lanzar su segundo álbum y como al pasar de los años ha ido recorriendo foros cada vez más grandes hasta llegar a este regalo de poder presentarse en la Arena Monterrey con todo su público sin dejar de sentir la misma emoción de sus inicios.
Indiscutiblemente Siddhartha tocó las fibras más profundas de todos los presentes con temas como: ” Tarde”, “No es antes”, Buscándote”, “Naufrago”, Nada por hecho”, “Acapulco”, “Loco”, Diamantes”, “Me hace falta”, “Respiro”, “Paraíso”, “Brújula”, “Cero cero” cerrando su show con la pieza que nos hizo sentir completamente “´Únicos” en el universo de sus hilos melódicos y rescatadores de sueños .
Revive el momento aquí: Siddharta en Arena Monterrey
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Fotografías por: Ale Sobrevilla