Autor: Pedro Tsamaxan
Malsano entre ojos rojos y brillosos, fiestas, separos e insomnio, se encontraba por primera vez de gira presentando su álbum “Devórame”. Su nueva producción estaba sonando mucho dentro de la escena podrida por lo que las invitaciones a tocar en otros estados les permitieron crear una ruta. La gira no había empezado con el éxito esperado, pero Malsano se empezaba a percatar de que entre más remoto era el lugar, el público era más agradecido y entregado. Empezaron en la capital donde las otras agrupaciones eran también los únicos asistentes del evento. Después en Toledo tocaron dos fechas seguidas llenas de éxito, ácidos y alcohol. En Río Blanco la fiesta terminó en una cabaña tomando jerez mientras observaban a una morocha semidesnuda bailar para ellos. Entre sexo, drogas y punk rock se dirigían a su último destino teniendo la sangre lo suficientemente caliente para dar su mejor presentación.
Ciudad Real, de calles empedradas y amaneceres nublosos, en aquel entonces solo contaba con un espacio para escuchar música pesada, el Bar Macadam: De luces azules y rojas, olor a tabaco, una mesa de billar, una arcade de peleas, al fondo la barra que solo ofrecía ron y cerveza, a mano derecha un umbral dirigía al escenario y a un pasillo que llevaba a los baños.
Sucede que a veces el azar encuentra, como si de un hoyo negro se tratara, todas las condiciones necesarias para hacer de la noche un éxtasis. La cerveza estaba lo suficientemente fría, viejos camaradas se reencontraban, algunos liaban tabacos, otros tantos recargados en la pared esperaban con ansiedad a que empezara el ruido. Malsano se encontraba en el parque frente al bar meditando lo que sería la conclusión de su pequeña gira. A pesar de que tenían sed, la decisión del grupo fue tocar en sobriedad por única vez. Se miraban a los ojos, eran cómplices de la emoción previa de subirse al escenario. El baterista se limpiaba el sudor de las manos en el pantalón, el vocalista recordaba ciertas señas a los demás, el bajista solo asentía con la cabeza y los dos guitarristas planeaban como acomodarían su equipo. A lo lejos escucharon la voz de una chica presentando a su banda Conejo Negro, era momento de entrar al bar.
Mientras la música sonaba y la bebida aturdía, más gente llegaba al Bar Macadam. Hombros chocaban, tragos se derramaban, el humo jugaba con las luces y algunos locos comenzaban a bailar. Malsano observaba a Conejo Negro y recibía de manos del dueño dos jarras de cerveza oscura para festejar el encuentro, la noche y el ruido. Playeras negras, pantalones con estoperoles, música agresiva a alto volumen, calor y algo de ansiedad. La sed aquella noche era inevitable. Brindaron, sonrieron mientras que la gente no dejaba de llegar.
Conejo Negro terminó su presentación y acto seguido se subieron dos viejos que solo se presentaron como Monstros quienes no pararon de tocar surf rock generando un oleaje de personas que no bailaban sino brincaban a un mar de codos, rodillas y sudor. Las colillas se amontonaban en las esquinas de las paredes junto a las cucarachas, se escuchaba como se rompían las botellas que dejaban caer los borrachos, la fila del baño cada vez era más larga e impaciente.
Era el turno de Malsano, mientras conectaban sus instrumentos, observaban como la gente no paraba de hacer bulla, en la mesa de billar comenzaba una pelea, la barra estaba llena y dos chicas salían juntas del baño. Malsano saludaba al público y el público los saludaba de vuelta, era momento de empezar.
“Buenas noches, nosotros somos Malsano y somos nocivos para tu salud.” El estruendo comenzó de inmediato y la violencia de la música se manifestó en la mirada de la gente. Un trance agresivo, sediento y primitivo se generó entre todos. El calor asfixiante del lugar provocó que algunos se desprendieran parte de la ropa, otros se retaban con la mirada y no faltaba quien ya no podía mantenerse en pie, pero aun así bailaba. Era la cúspide de la noche, era el momento de tocar su mayor éxito: “Devórame”. Comenzó la batería, se integró el bajo y progresivamente las estridentes guitarras. La gente se empujaba cada vez más fuerte hacia Malsano. La voz incitó: “Devórame como si fueras un animal, sacia tu sed con mi sangre y tu hambre con mi cuerpo. Devórame como a un Dios, necesitas tenerme dentro de ti. Devórame sin miedo, libérame y haz de mi cráneo un cenicero.”
El éxtasi desinhibió los instintos caníbales de los presentes y entre jalones, sangre y deseo, el público subió al escenario con Malsano. Todos coreaban Devórame, el espacio cada vez era más escaso y empezaron por erotizar a Malsano tocándolos de los brazos, el pecho, el rostro. En un derroche de bajos instintos el grupo fue devorado en un acto de inconsciente placer: los rodearon oprimiéndolos, entre mordidas y rasguños los desprendieron de sus prendas e instrumentos, se gritaba de placer y dolor, la sangre chorreaba del escenario al suelo del bar donde las cucarachas se acercaban a beber. En el fondo solo se escuchaba el ruido de los amplificadores más los incesantes jadeos de los caníbales.
Después de aquella tocada, el Bar Macadam cerró sus puertas. En Ciudad Real aún se habla al respecto de aquella noche. Muchos especulan que fue el precio a pagar por ser sucios pecadores, otros comentaban que por ser un nido de chicos viciosos y problemáticos aquel hecho era de esperarse. Lo cierto es que de aquella noche solamente se tuvo el testimonio de los policías quienes se limitaron a responder “¿Cómo detienes a más de cien punks caníbales en estado de éxtasis?”.
Pedro Tsamaxan Reyes Villasana (1991), de San Cristóbal de Las Casas, Chiapas, México, escritor de relatos cortos de horror y terror, también poeta de la oscuridad, el aislamiento, lo estridente y los delirios de la embriaguez e insomnio. Ha publicado de forma independiente el libro “De ataúdes, pánico y muerte: relatos cortos de horror y terror” (2021, KDP), Náusea|Confesión en coautoría con Hamant Singh (2024, Hidden Hand Press), también ha participado en distintas convocatorias como el “Necroeróticon” (2022, Penumbria) y “Enigma y travesía” (2023, Cositos Cartoneiros) entre otras más publicaciones.
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