La no tan nueva y sostenible forma de darle una segunda oportunidad a prendas de vestir únicas que encierran una historia dando origen al concepto de Chicas de Ayer.
A muchas personas nos encanta escuchar o leer relatos sobre segundas oportunidades y es que de alguna forma se encuentra en los corazones el anhelo de poder revivir o tener la oportunidad de hacer las cosas mucho mejor si fuera posible desde la experiencia.
Hoy en día lo podemos aplicar también a las prendas de vestir, sobre todo porque en esta cultura tan arraigada del fast fashion difícilmente una persona puede tener la capacidad adquisitiva para encontrarse a la moda y seguir lo que presentan constantemente los distintos canales de información.
Afortunadamente, para aquellos que gustan de vestir bien y han desarrollado una conciencia sobre el medio ambiente, existe la magia del universo vintage. Este movimiento cada vez ha ido tomando más fuerza y es así que en el corazón de Monterrey ubicado en Barrio Antiguo sobre la calle Matamoros se encuentra un lugar que además de original y exclusivo, ha sido resultado de una unión interesante entre Iliana Ramírez, Salomé Ramos y Karla Ascencio.
Chicas de Ayer es un proyecto que nació por el interés de tres mujeres emprendedoras con el objetivo de promover la moda sostenible logrando llegar a un público especial y asegurándose que cada prenda que encuentren para su venta sea única, de calidad y exclusiva.
Como bien comparte Salomé: “Es por el amor al estilo vintage que nos animamos a llevar a cabo esta idea, primero de forma individual y después siendo parte de un trabajo colectivo que ha ido ganándose el aprecio de personas que, como nosotras, desean encontrar esas piezas irrepetibles y atemporales que traen consigo una historia.”
Iliana fue quien inició vendiendo desde sus redes sociales hace poco más de 10 años, promoviendo primero a conocidas y estas a su vez recomendando con más personas toda esta labor que se ve fácil pero no lo es, eligiendo ropa que cumpla con el estándar de bueno, bellísimo y a excelente precio y que tengan la característica de pertenecer a determinada épocas de los años 50s, 60s, 70s y 80s.
Salome inició primero como clienta de Iliana y el lazo de amistad fue fortaleciéndose hasta que juntas empezaron a soñar y a este sueño se integró también Karla. Chicas de Ayer tiene ya poco más de un año funcionando de jueves a domingo y es increíble ver como cada una de ellas se apoya organizándose para atender el negocio y a la vez participando en expos colectivas de bazares cada vez que hay oportunidad.
La unión que han logrado estas 3 mujeres a pesar de sus múltiples actividades, es digna de resaltar ya que cada una tiene claro su compromiso hacia la sociedad y no solamente con sus clientas. La forma en común de ver la vida y tomar conciencia y responsabilidad sobre esta labor es evidente al visitar su espacio y llegar a un lugar agradable pensado cuidadosamente para mostrar su propio estilo con prendas hermosas que a pesar de los años se siguen conservando intactas por la calidad de los tejidos.
El dar a conocer este tipo de proyectos a nuevas generaciones incrementa el buen gusto y un interés especial por aprender más sobre nuestra historia. El auge de la estética vintage ha ido creciendo y lo que antes se consideraba como ropa usada, poco a poco ha ganado un lugar importante en el mundo actual y retomando el puesto que verdaderamente se merece: el de prendas de calidad, únicas, sostenibles y con una historia que contar.
Chicas de ayer (@chicas.deayer) • Fotos y videos de Instagram