Análisis de la cinta del director Mario Bava.
Por: Antonio Carlin Lynch.
Reparto: Boris Karloff/ Michéle Mercier/ Mark Damon/ Jaqueline Pierreux
La primera vez que escuché hablar sobre Black Sabbath (la película), fue en 1995, Ozzy Osbourne, exvocalista en ese entonces de Black Sabbath (la banda), preparaba su primera visita a México, y a Monterrey (en dónde iba a verlo por primera vez), y hablaba de ello en un programa de la MTV. Yo llegaba de la prepa y grababa todos esos vídeos y entrevistas con las bandas de metal que yo escuchaba. Ozzy habló de los comienzos de Sabbath, cuando la banda se llamaba “Earth” y su rollo musical era más hippie. De qué existía otra banda con el mismo nombre y pues ellos estaban orillados a cambiarlo; una tarde, saliendo de el lugar dónde ensayaban. Quiero suponer yo que esto sucedió en Birmingham. Pasaron frente a un cine, y en la marquesina se anunciaba la película italiana de Bava, “Black Sabbath”; Geezer Butler, bajista de la banda comentó: “¿No les parece raro que la gente gasté dinero para ir a un cine, ver películas de miedo, y asustarse?” Fue entonces cuando decidieron cambiar el nombre, y Geezer, letrista del grupo, compuso el tema “Black Sabbath”, inspirado en los textos del escritor ocultista Dennis Wheatley. Es ahí donde, con el sonido característico, de Tony Lommi dado el accidente que había tenido con sus dedos, las prótesis y el rasgar de las cuerdas, más las letras oscuras y la leyenda que luego con el tiempo se hizo tras la historia de la portada del primer disco de Black Sabbath, nacería el heavy metal y una de las primeras bandas con temática oscura y satanista en el rock. Esto en el año 1970.
No la primera, Coven ya existía cómo tal, en 1969 sacarían su disco “Witchcraft Destroys Minds and Reaps Souls”, que, curiosamente tendría una canción llamada también: “Black Sabbath” y el audio de una misa negra para cerrar el álbum. En fin, se podría escribir más del tema, pero esto trata de cine; tan solo decir que Coven hasta la fecha, se ha declarado una banda realmente Satanista, en tanto, Sabbath no… solo era la imagen, declararía años después tanto Tony Lommi y Ozzy Osbourne (en esa misma entrevista de 1995, Ozzy menciona que sus hijos asisten a un colegio católico).
Pasemos ahora al filme: Black Sabbath o también cómo se le conoce “I tre volti della paura” (Las tres caras del miedo, su título original en italiano), la película aprovecha el boom que estaba tanto de moda, en filmar historias cortas de terror, misterio o ciencia ficción para la televisión, La Dimensión Desconocida ya tenía cuatro años al aire con gran aceptación y formando una legión de fans, y a la par, Boris Karlofff era el presentador de otra exitosa serie: “Thriller”. Así que el director, Mario Bava buscó a Boris para que hiciera de “hostess” y actuara en la película. Boris Karloff ya era toda una institución dentro del cine de género tras haber hecho al Frankenstein y La Momia, ya era parte de ese club selecto junto con Bela Lugosi, Lon Chaney, Vincent Price, etc.
La cinta se divide en tres historias, tres adaptaciones libres de textos de Chéjov, Tolstoi y Maupassant y hay que resaltar los escenarios y la estética de la película, que hace recordar todo ese cine de Roger Corman y sus famosas adaptaciones de Edgar Allan Poe. El filme comienza con un Boris Karloff dándonos la bienvenida e invitándonos a acercarnos y ponernos cómodos para, cómo años después pensaría Geezer Butler: por un precio módico disponernos a ser terriblemente asustados. (Todo esto, en su más perfecto italiano). Así que nos adentramos en el primer cuento: “El Teléfono”. El Teléfono es una historia que al pasar de los años ha cobrado relevancia histórica, ya que se le considera como el primer Giallo en la historia. Y sentaría las bases para todo el cine de horror italiano que vendría en la década de los setentas. Nos cuenta la historia de Rosy (Michéle Mercier) una chica de compañía que regresa a su departamento una noche y comienza a ser acosada por una serie de llamadas telefónicas. Qué rápidamente la hacen sacar de sus casillas e ir trastocando mientras avanza la historia. ¿Qué acaso no existían ya los contestadores automáticos? Claro que sí, y más cuando te dedicas a un negocio de chica de compañía, o scort. En fin, es obvio que con un aparato de esos, la trama y el clímax no hubieran sido el mismo, y Bava lo que busca es que el espectador se ponga en el papel de la protagonista. Se sienta observado, vigilado y pierda la calma y su tranquilidad cada vez que el teléfono repiquetea y repiquetea sin una voz del otro lado. Si así nos sentimos 60 años después al verla en vídeo, imagen lo que fue estar sentado en una butaca del cine. Y entonces, la voz del otro lado de la línea aparece. Intimidante. Amenazadora. Rosy sabe que está siendo observada (algo que se volverá tan común en los filmes de acosadores, stalkers, depredadores, obsesivos sexuales, cómo gusten llamarlos). La voz vuelve a llamar y es ahora cuando menciona lo que realmente quiere: “Venganza”, y es ahí donde nos damos cuenta de quién se trata: su antiguo proxeneta. Que, además, ya nos lo hizo saber, se encuentra cerca. Rosy escucha pasos afuera de su departamento y asegura puerta y apaga las luces. Ha comenzado a entrar en pánico. Estoy seguro qué los espectadores en las butacas del cine, también, Bava sin duda debería estar sonriendo. Rosy pide ayuda a su antigua amante, Mary (interpretada por Lydia Alfonsi), ella le promete pasar por ahí más noche, entretanto las llamadas continúan, y cuando Mary llega, tranquiliza los nervios de Rosy, le da un calmante y la mete a la cama. Es ahí cuando nos damos cuenta, que hay algo raro con Mary. No cabe duda que esta historia puso los cimientos de todo el cine Giallo que Argento llevaría a popularizarlo tan bien dentro, y fuera de Italia. Tras un par de vueltas de tuerca en la trama, el cuento terminará con una matanza llena de tensión (qué nos hará recordar levemente a Hitchcock) y con un errorcillo de edición (qué no nos hará recordar a Hitchcock) dónde nuestras heroína y protagonista queda como única sobreviviente.
La segunda historia es la cereza del pastel, la mejor de las tres: “El Wurdalak” basado en La Familia Vurdalak, un cuento de vampiros escrito por Alekséi Tolstoi en 1839. Alkséi, primo segundo de León Tolstoi, un apellido de gran renombre en la literatura rusa. La historia está ubicada en la Rusia del siglo XIX, dónde Vladimir Durfe, un joven conde interpretado por Mark Damon tras un largo viaje, ha encontrado un cadáver decapitado, en el camino, el cadáver tiene un cuchillo clavado en el corazón, Vladimir retira la hoja y se la guarda de recuerdo. Más tarde, el conde llega a una cabaña para pedir refugio. Ahí, después de ver algunos cuchillos colgados en la pared, y un espacio entre ellos, cae en cuenta que el cuchillo que trae consigo encaja perfectamente en el espacio vacío. El cuchillo, le explican a continuación, es del padre de la familia (Boris Karloff) al cuál, la familia entera espera, tiene cinco días afuera; fue a luchar contra un temido Wurdalak. Pero ¿qué es un Wurdalak? Pues es aquella criatura que se alimenta de la esencia vital de otros seres vivos para así, mantenerse activo. Un Vampiro tal y cómo lo conocemos. Y Boris Karloff, que ya había interpretado al monstruo que es creado de diferentes partes humanas y vuelto a la vida, y a la antigua momia egipcia, es el encargado de personificarlo.
Como dato adicional: mi relato corto, “Canción de Cuna” está inspirado en esta historia.
Pasemos a la tercera y última historia: “La gota de agua”: Londres, el Londres victoriano, la enfermera Helen Chester (Jacqueline Pierreux) atiende la llamada para asistir a una casona a preparar para el entierro el cuerpo de una anciana espiritista. Mientras viste el cuerpo, ve que tiene un hermoso anillo de zafiro en un dedo. Tentada por la avaricia, Helen lo roba. Al hacerlo, se vuelca un vaso, y comienzan a caer en el suelo gotas de agua. La enfermera es molestada por una mosca atraída por el olor del cuerpo. Helen termina el trabajo y vuelve a casa, un pequeño cuarto en el East End (esa zona tan mundialmente famosa por ser los barrios dónde atacaba Jack el Destripador). Moscas y el East End son otras variantes que inconscientemente he metido en mis relatos, inspirado en gran parte por este otro relato. De los tres, es por mucho el que mantiene la tensión a tope. La moraleja sin duda es: nunca te atrevas a robarle a los muertos. Aunque también podría ser: no se necesita grandes efectos especiales (el maquillaje de la espiritista muerta es un claro ejemplo), ni súper producciones de época para provocar una ansiedad, un terror y una tensión de esas de filo de la butaca. Tan solo se necesitan grandes historias, buenas actuaciones y un Boris Karloff y un Mario Bava que encaminen todo ello para lograr hacer un filme de culto entre los amantes del horror.
Para finalizar, hay algunas diferencias entre la versión italiana y la norteamericana: la italiana es el orden de las historias cómo he señalado aquí, la peli está completa en Youtube. Y la norteamericana, por ejemplo, comienza con “La Gota de agua”. En la misma versión gringa, “El Teléfono” eliminaron la subtrama lésbica, haciendo la historia más de fantasmas. Así como en “El Wurdalak” eliminaron escenas sangrientas, mientras la italiana se mantiene como debe de ser, si es una historia de vampiros, la Sangre es el elemento principal. ¿No?
Antonio Carlin Lynch
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Excelente reseña mi amigo me ha gustado mucho y sobretodo me han dado ganas de ver la película, gracias por mencionar que está en YouTube, la buscaré! Y punto y aparte: con la descripción inicial de las películas de relatos cortos de terror que estuvieron de moda en los 70s y 80s, me hiciste recordar que en 1985 cuando íbamos llegando a vivir a Saltillo, teníamos la costumbre de ver las películas de “permanencia voluntaria”. De los domingos en el canal 12 de Monterrey y es algo que esos momentos en familia haciendo comida especial y comprando botanitas me traen gratos recuerdos y allí vi una de esas películas de historias cortas de misterio que no solo me gustaría ver sino también tenerla en DVD, no porque esté muy buena pero por la nostalgia. Era una en donde estaban unos personajes en un club y había una fiesta de disfraces y allí era donde el presentador hablaba una introducción del relato antes de iniciarlo y a donde volvían después de el final y comenzaban a describir el siguiente. Uno mostraba a un tipo que llega a a un misterioso pueblo al desviarse del camino por el que iba y después de un tramo de densa neblina llegaba a este pueblo donde los lugareños eran muy extraños (no, no era Juarez N.L.) y al final después de lograr huir al internarse en la niebla nuevamente con angustia comprobamos que regresa una vez más al pueblo del que acababa de salir dándote a entender que ha caído en un loop del que ya no podrá salir. Otro es de un tipo que igualmente llega a un castillo donde se celebra una fiesta de disfraces y conoce a una bella chica que porta un disfraz de hada y de forma similar secta un comportamiento extraño entre los invitados y además la chica le insiste mucho en que se la lleve de allí, después de que el tipo logra salir y buscar ayuda, al regresar al castillo este está abandonado y un vecino cercano le explica que ese lugar se incendió muchos años atrás durante una fiesta y le explican que ellos mismos auxiliaron a una chica moribunda y que terminó su vida allí con ellos y le muestran unas alas de hada parcialmente quemadas. Esas películas seguramente lograron su auge en la que hoy nos describes! Gracias bro!
Excelente reseña de una gran película.