Francia/1960 (y las otras versiones de “El Talentoso Ripley”)
Dirección: René Clément
Reparto: Alain Delon/ Maurice Ronet/ Marie Laforet/ Erno Crisa/ Elvire Popesco
Hace unas semanas falleció Alain Delon a los 88 años. La causa de su muerte es, hasta el día de hoy desconocida, probablemente de forma natural, pero es sabido todo el revuelo que Delon protagonizó en la red por estar “a favor de la eutanasia”.
Justo unas dos semanas antes de su fallecimiento, repasé El Talento de Ripley (o El Talentoso Señor Ripley) de 1999, dirigida por Anthony Minghella, protagonizada por Matt Damon como Tom Ripley; y aquí es dónde debo de apuntar varias cosas: Tom Ripley es mi carácter anti héroe (o villano) favorito literario, creado en 1955 por mi escritora favorita de todos los tiempos: Patricia Highsmith, es de hecho, “El Talentoso Mr. Ripley” su primera aparición, de 5 en total, casi todas llevadas al cine o televisión. Esta de Delon fue la primera, cinco años después de salida la novela, y aún con Patricia viva… la versión (remake) de 1999 tuve en un principio mis dudas para verla, ya que Matt Damon siempre ha estado en ese “grupo selecto de actores, actrices, directores que no soporto”.
Ahora, después de una segunda vista, y quitándome el velo de Fan, puedo decir que fue una gran y digna caracterización y es una enorme y brillante (no mi favorita de la saga Ripley) película. Patricia hubiera estado orgullosa, pero ella falleció 4 años antes.
Eso fue, dos semanas antes de la muerte de Delon, pero una antes, comencé a ver la serie de tv de Netflix: “Ripley”. Igual, de la misma manera tenía mis dudas sobre ella…y una vez más me llevé una agradable y maravillosa sorpresa, una vez más estaba equivocado.
Tal vez esto sea una señal, y deba decidirme a ver de una vez la serie de “Hannibal”. Esa es otra historia.
Así que en un corto espacio de tiempo ya estaba inmerso en el mundo criminal y doble máscara de Tom Ripley, porque después de la noticia de la muerte de Delon, me puse a ver inmediatamente “A pleno sol”, y no una, dos veces. Ya que terminada de ver la serie completa (creo recordar que son 8 capítulos, pero yo la verdad tardo mucho para ver las series de televisión, siempre le doy prioridad a otras cosas, lo siento, pero no lo siento), bueno, entonces ya tenía tres versiones totalmente distintas, pero que giran claro sobre una igual historia, una misma trama, y la primera novela de Patricia Highsmith salida al mercado en 1955 de la Saga Ripley, y cuarta en total; la leyenda nos dice que Patricia aun no era famosa ni ese monstruo de la literatura alabada y adorada por Hitchcock (aunque él ya había adaptado al cine “Extraños en un tren” en 1951), no, Patricia aún era un diamante en bruto en potencia que en sus comienzos escribía en sus ratos libres detrás del mostrador cuando no estaba atendiendo clientes en la tienda Bloomingdale’s de Manhattan donde vendía muñecas. Aún con eso, tres años antes ya había escrito “El precio de la sal” hoy conocida como “Carol”, la primera novela lésbica con un final feliz en todo Estados Unidos.
Entonces, tenemos aquí tres versiones que varían en años, países, actores, guionistas, mercados (las dos últimas Hollywood y Netflix) hechas para cine y para televisión, para públicos más jóvenes, tal vez para gente que está comenzando a descubrir las novelas, que son más lectores, o que sienten la comezón de querer hacer cine, o escribir…o ambas, cómo es mi caso; pero girando siempre sobre un mismo ícono ya de la cultura pop: Tom Ripley. Pero, ¿quién es Tom Ripley? Y, ¿por qué es tan fascinante?
Thomas Phelps Ripley es conocido por ser un criminal, asesino en serie, experto en arte, y falsificador, además, socialité también, un ser humano con la sangre helada cuando tiene que apretar el gatillo, pero eso sin quitarle que es conocido como un ser altruista, amado esposo y buen amigo, con un lado amable y bondadoso…pero también otro que es movido por el dinero y por mantenerse su vida de playboy y de lujos. Porque Tom Ripley conoció las carencias desde muy niño que creció en orfanatos en Boston, después de haber sido abandonado por sus padres.
Y de esto nos damos una idea más o menos en la versión del 99, Tom luego es adoptado por su tía Dotty, y guiado por sueños de ser actor de teatro toma clases de actuación y de música, llegando a dominar el piano (lo suyo es la música clásica, al principio teniendo repulsión por el jazz, esa música para degenerados, dementes y drogadictos), luego también pasaría a dominarla y apreciarla, claro, guiado por sus intereses. Esto, como digo, en la versión de Matt Damon, en la serie de Netflix, vemos a un Ripley que se gana la vida como un ladronzuelo de poca monta, un falsificador que no busca ganancias millonarias, que vive modestamente en el modesto piso de la tía Dotty. Punto y aparte se tiene que hacer mención de lo bellamente filmada que está, hecha en blanco y negro casi sepia, dándole ese toque Noir que queda justo con la década donde fue escrita la novela (los cincuenta) y la fotografía, una delicia de admirar, así como la actuación de Andrew Scott; yo, a mi opinión, tendría que ponerlo de estos tres, como el mejor Ripley. Lo siento mucho, pero no lo siento Delon.
En la historia (que se respeta y debe respetarse), Herbert Greenleaf, millonario, contacta a Ripley para que viaje a Italia y convenza o traiga de vuelta a América a su hijo descarriado, playboy y con sueños a convertirse en artista; en las tres versiones lo vemos de diferente manera, pero esa es la intención y el inicio de los sueños de grandeza y fortuna que comienzan a crecer en la mente de Ripley… salir, por primera vez a Europa, y hacerse primero con la amistad de Dickie, hijo del Sr. Greenleaf, luego, quedarse con su fortuna…comenzar una nueva vida. Todas las demás novelas, aunque independientes de ésta, nos muestran a Tom Ripley en todo su Majestuosidad.
Aquí, es solo un jovenzuelo al que se le despiertan los deseos de poder, de fortuna, de vida de lujos, glamour… para alguien que no tuvo nada de niño, es entendible, ¿no? La diferencia es cómo lograrlo: uno puede lograrlo de la manera decente y “normal”: trabajando. Tom Ripley va a elegir la otra manera. Él no tiene tiempo para hacerlo de la manera correcta. Y nosotros se lo agradecemos. Es parte de su “encanto”, Dexter sería un personaje con muchas características Ripleyanas… esos asesinos carismáticos con un lado muy humano. Con uno que a cualquiera le encantaría sentarse con él a charlar, tomar café y hablar de poesía y teatro.
Por último: hay tres escenas o partes cumbres e icónicas; lo que sucede en el bote, lo que sucede con Freddie (interpretado en la versión de 1999 por Philip Seymour Hoffman, ¡ufff pedazo de actor! Qué en paz descanse), y, por supuesto: el final. A mi padecer y apreciación quedan así en las Tres versiones: El Bote: 1.- Gana la serie de Netflix 2.- La versión de 1999 3.- La versión de Alain Delon
(Tenemos que comprender que por el año en qué se filmó, la censura de la época y tal vez el bajo presupuesto, A Pleno Sol tiene sus pequeñas deficiencias, que Delon y los demás actores protagónicos a base de sus actuaciones logran levantar el filme, eso, por supuesto junto con las locaciones naturales y el ambiente bohemio italiano de la época). Maurice Ronet está enorme como Philip Greenleaf (porque aquí no se llama Dickie), y no podemos olvidarnos de Marie Laforet como la bella Marge (de las tres Marges, para mí la mejor y más bonita).
Continuemos con la escena de Freddie: 1.- Aquí también creo me quedo con la versión de la serie, tal vez que esté filmada en blanco y negro da un plus. 2- La versión de 1999 3.- A Pleno Sol de Delon.
Y llegamos al Final: 1.- Aquí creo que el mejor final es el de 1999. 2.- La de Delon, A Pleno Sol 3.- Netflix (de las pocas cosas “flojas” pero sin decir que es del todo malo).
Recomiendo que buscan las tres versiones, y tomen sus propias decisiones. Últimamente he encontrado muchas cosas buenas en Netflix, no sé si eso sea bueno, o es solo una señal de que el Apocalipsis llegará.
Ya el tiempo lo dirá.