Director: Antonio Marcero
Protagonista: José Luis López Vázquez/Agustín González/Carmen Luján
Nos encontramos antes el mediometraje (tan solo 35 minutos) más importante y triunfador del cine español. Entre sus galardones, consiguió el Premio Emmy Internacional, al mejor telefilm, esto en 1972-73. Así como el mejor interprete de televisión para su protagonista José Luis López Vázquez, uno de los dos protagonistas el otro: la cabina.
El argumento ha sido descrito como una asfixiante parábola kafkiana reflejo de la España Franquista de la época: A primera hora de la mañana, unos operarios instalan una cabina telefónica en medio de una plaza. Más tarde pasa por allí un hombre que acompaña a su hijo a la parada del autobús escolar. Cuando su hijo se va en el autobús, el hombre pasa junto a la cabina y decide entrar a realizar una llamada. Sin que se dé cuenta, la puerta se cierra tras él. El hombre se da cuenta de que el teléfono no funciona y se dispone a salir, pero descubre que la puerta está atascada y no se abre. Ahí justo ahí, comienza el verdadero Terror.
Para el protagonista, único protagonista principal por decirlo así, Marcero y José Luis Garci, guionista, tenían en mente a un mimo, como el dialogo era prácticamente nulo, necesitaban a alguien que fuera lo suficientemente expresivo con los gestos y ademanes, pero en un viaje que tuvieron a Nueva York ambos se decidieron por López Vázquez. El dialogo que tiene con su hijo es prácticamente todo, y es muy muy poco.
“La Cabina”era uno de los “13 pasos por lo insólito” que Antonio Mercero, Horacio Valcárcel y José Luis Garci se propusieron para trabajar juntos en algún proyecto (proyecto muy a La Dimensión Desconocida, aprovechando el éxito que ya había tenido en televisión española “Historias para no dormir”). Aunque el proyecto nunca llegó a realizarse. A pesar de ello, Mercero persuade a los directivos de RTVE para que realizase el mediometraje poniendo como motivo el éxito de su serie “Crónicas de un pueblo”. Entonces los directivos decidieron aceptarlo como premio al éxito de dicha serie sobre la base de que “La serie anterior no era más que propaganda del Franquismo”. Necesitaban algo terrorífico pero además de provocar terror su idea era crear algo inteligente, un reflejo de la realidad de un país asfixiado bajo el yugo de una dictadura. ¿Qué no sirve acaso para eso el Cine?
Así que, ¿qué más horror que el quedar atrapado en una cabina telefónica? Una cabina además, de color rojo, el rojo que provoca tensión y angustia y ansiedad, aunque eso más bien desde que existe el televisor a color, cuando se estrenó en aquel lejano 1972, toda España vio esa cabina en un color gris sucio, o grisaceo… tal vez no debió ocasionar todo eso, pero lo hizo. La gente, comunidad española sobre todo comenzó a sentir rasgos de una histeria y fobia colectiva hacia las cabinas telefónicas, tanto que el propio protagonista López Vázquez tuvo que ser contratado para hacer comerciales de telefonías, para demostrar que estar dentro de una de esas cabinas era seguro, como quiera la gente seguía poniendo un pie apoyando la puerta de esta, para evitar que pudiera cerrarse.
Después de que el prota quedará encerrado hay varios puntos sociales a tratar en la trama, como dato curioso: al principio fue creado o ingeniado como un sketch cómico, y sí tiene algunas partes, pero es una ruda y cruda crítica al gobierno y a la sociedad española (como por ejemplo la autoridad misma y los bomberos quienes intentan ayudar y sacar al hombre dentro de la cabina, sin poder lograrlo), un claro ejemplo de la ineptitud de las fuerzas de seguridad del Madrid, y la España de la época. (“fuerzas de seguridad” que recuerdan mucho al estereotipo de la policía mexicana …por cierto jajaja).
Pero ¿qué es en sí, la cabina? Estudiosos han dado sus diversas opiniones a través de los años y los estudios que se le ha hecho al mediometraje: la cabina es un símbolo tangible de la opresión del gobierno franquista hacia el pueblo. La cabina aisla el sonido, no podemos volver a escuchar a nuestro protagonista, es por eso que la cabina también es un símbolo de censura, de callar al pueblo, cortar la libertad de expresión.
Mi respuesta a esa pregunta es: las cabinas telefónicas no son más que trampas que capturan a individuos seleccionados con antelación. ¿Para qué? Ahí está el Terror. No lo sabemos.
Hasta que llega el final, con la música atronante de Carl Orff y su Triunfo de Afrodita. Un propio Orff que estuvo a punto de tomar medidas legales, pero cuando vio el resultado final quedó maravillado de cómo su música y las escenas encajaban a la altura, que dio su consentimiento sin cobrar un solo peso. Peseta. Lo que fuera.
Creo que ya no es necesario escribir más. Mucho menos escribir sobre el final, son solo 35 minutos y pueden encontrar el link, aquí, o en youtube…en lo personal, yo he visto varios homenajes, tributos que se le han hecho en cine y televisión, en cine de diferentes países, como por ejemplo aquella peli hollywoodense “Phone Booth” de Joel Schumacher con Colin Farrell y Forest Whitaker… sobre la influencia de Marcero y Garci es más que sabido que tomaron la decisión de escribir algo así, después de ver a Tippi Hedren pidiendo auxilio y gritando encerrada dentro de una cabina siendo atacada por Los Pájaros.
Cómo está de moda decir ahora: No cabe duda, esto es Cine.