Los miles de asistentes congregados que les late el rocanrol recibieron todo el chido desfogue del eterno chavo de onda en el segundo día del festival.
No solo en el escenario Tecate Original se podía escuchar en directo la aguardientosa voz de Alex Lora lanzando vivas y mentadas a diestra y siniestra entre rola y rola, así como retos a cantar con más h*evos; también sus irreverentes exclamaciones permearon varios rincones del parque, como quedó documentado en varios videos donde asistentes que grababan las diferentes escenas y esculturas de festival, captaban también el sonido de las consignas del líder de El Tri.



Me atrevo a decir que todo mexicano que le guste el rock, debería escuchar an Alex Lora y El Tri en vivo por lo menos una vez en su vida. Alex Lora y El Tri son indudables emblemas del rock nacional, así como digno objeto de estudio, además de formar parte obligada del repaso por la historia del género en México cuya omisión sería una falta grave. En Alex Lora se personifica la irreverencia chilanga, la onda chida y los arquetipos de rebeldía del joven de corazón. Eso pude apreciar yo, que habiendo evitado un show del Tri en mis más de treinta años de vida adulta (como le pasa a algunos, en mi juventud no los pude apreciar), me animé a colarme hasta el frente del público en medio de fans aguerridos y veteranos que ostentan playeras de la banda en todas sus épocas. Sin yo ser un fan del género, me di cuenta que conocía muy bien todas las canciones, pues son himnos imprescindibles en el soundtrack de la cultura popular y musical del país; vamos, hasta el mismísimo Himno Nacional Mexicano entra en el setlist con danzante azteca portando penacho y bandera del México y toda la cosa.








La lista de canciones incluyó los grandes clásicos de la banda como “La raza mas chida” con dictatoria a todos los compatriotas reunidos, “Mente rockera” y “Chavo de onda” que son temas prácticamente autobiográficos con los que mas de uno se identifica; “Todo me sale mal” y “Pobre soñador” son también de alguna forma retratos de la ideocincracia mexicana y reflejo de nuestra tendencia al infortunio cotidiano.



Para este punto Alex se puso cabizbajo, ¿la razón?, que ya llevaban muchas canciones y nadie le había mentado la madre; acto seguido, todos a todo pulmón le mentaron la madre multiples veces, aumentando la intensidad en cada provocación, a coro, en unísono, en desorden, con ganas. Ahora sí, Alex Lora sonreía complacido y apreciado por su público con quien tiene esa confianzuda relación super llevada de décadas.

La cosa se puso más romántica con la presencia de Chela Lora, la domadora, quien acompañó a Alex en cantos favoritos como “Las piedras rodantes se encuentran”, “Cuando tu no estas” y “Triste canción”. Como gran final de este chido concierto, El Tri cerró con un guiño a sus orígenes con el tema A.D.O de su banda precursora Three Souls in my Mind. En repetidas ocasiones durante el concierto, Alex nos preguntaba, “¿Están siendo felices?” Y nosotros con sinceridad pudimos gritar: ¡Siiiiiii!





Imágenes por Arqueles García